Leí en algún lugar que un reconocido fotógrafo había dicho que:
La interpretación de una imagen se puede llevar a una serie de distintos niveles analíticos. Estos niveles se componen de dos partes: lo que denotan (qué y cómo lo muestra) y lo que connotan (por qué lo muestra y qué significa como lo muestra).
En efecto: Uno capta la imagen por su belleza, por su rareza, por su algo de diferente y llamativo…
Pero he aquí que la imagen comunica, expresa, denota… nada tangible sino una mixtura de sentimiento, emoción o conmoción, eso que deviene inexplicable. Si lo captamos, lo hemos conseguido.
Con razón decía Dostoievski que “la belleza salvará el mundo”.